Situaciones indignantes por ser colonia

Estos pasados días han sucedido particularmente dos situaciones que abonan a la indignación de ser un estado colonial.

Una tiene que ver con la energía y la otra con la migración hacia Puerto Rico. Pero ambas demuestran la impotencia que tenemos como pueblo para solucionar graves problemas que afectan miles de vidas humanas.

La privatización impuesta en nuestro país de la industria energética ha creado plantas de generación ajenas a la realidad que tenemos como isla caribeña donde tenemos sol la mayor parte del año. Plantas ultra tóxicas que queman carbón y otras a base de gas natural. Carbón que llega de Colombia y gas proveniente de los Estados Unidos. 

Una de las plantas a base de gas se quedó sin suministro en medio de la crisis desatada por el Huracán Fiona, pero el cargamento llegó en un barco con bandera de las Islas Marshall. Por una Ley de Cabotaje impuesta a PR que obliga a que toda mercancía debe llegar en barco, tripulación y bandera estadounidense, no se pudo descargar el gas, afectando la vida de miles de personas que quedaron sin luz. Tuvo que Biden proclamar una dispensa de 10 días para que el barco pudiera tocar tierra en PR.

La otra ignominia ha sido que más de cien refugiados de Haití, hermanos y hermanas caribeñas que llegaron aquí huyendo del terrible conflicto en su país, no puedan ser bienvenidos por el pueblo boricua para brindarles el apoyo que necesitan y que queremos darle. Porque es la Guardia Costanera y otras autoridades estadounidenses las que deciden quién entra a Puerto Rico. Porque es Estado Unidos quien controla nuestras fronteras aéreas y marítimas.

Una razón más para acelerar la lucha por la independencia. ¡Viva Puerto Rico Libre!

Desde Puerto Rico para Radio Clarín en Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci.


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