Vinie Burrows, actriz, educadora y activista política quien representó a la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) ante las Naciones Unidas, falleció el pasado 25 de diciembre a los 99 años en la ciudad de Nueva York.
Vinie, con la familiaridad con que la llamábamos todas en la FDIM, fue ejemplo vivo del propósito de nuestra organización. Sus acciones, tanto en su vida personal como en la profesional siempre demostraron la coherencia de sus convicciones políticas por la paz con justicia social y económica, en contra del racismo, por el derecho de la mujer y los niños y niñas de vivir sin violencia y poder desarrollar todas sus capacidades.
Fue fiel a las palabras de la primera presidenta de la FDIM Eugénie Cotton “En un mundo decidido a cambiar el estado de cosas que ha llevado a los hombres a librar dos horribles guerras mundiales en 25 años, el nuevo elemento, el poder de la masa de mujeres activas en la vida pública, puede y debe ser de gran importancia”.
Como representante de la FDIM, viajó a varios países en misiones de solidaridad internacional, invitada por organizaciones hermanas. En estos viajes, no solo demostraba su apoyo para con las luchas locales, sino que también exponía la cruel realidad que se vivía — y se vive aún — en su país de origen, los Estados Unidos.
Recordemos que fue Estados Unidos quien le retiró el estatus consultivo a la FDIM en las Naciones Unidas en el 1954, furioso porque la FDIM publicó el documento “Yo Acuso” que exponía las atrocidades cometidas en ese entonces contra Corea del Norte. Eventualmente, en el 1967, se readmitió a la FDIM con estatus consultivo.
Vinie fue actriz de teatro que protagonizó piezas junto a conocidos actores y actrices, recibiendo muchos premios y reconocimientos, incluyendo un doctorado honorario de la Nueva Escuela (New School). Entre los múltiples artículos y entrevistas realizados a lo largo de su carrera, se destaca uno del New York Times donde la llaman la “Reina del Teatro Negro”, por su gran influencia en este arte.
Precisamente, fue su huella mayor en el arte, su exquisitez dramática como solista, que supo llevar a niveles nunca antes vistos en el teatro negro de la ciudad que presume ser la capital del teatro estadounidense. Estos soliloquios surgieron como respuesta al racismo y la exclusión de artistas negros y negras en el ámbito artístico de ese país.
Uno de los muchos ejemplos, fue el espectáculo “Walk Together Children” (Caminemos juntos niños), una pieza montada en un teatro de Greenwich que exponía a través de los escritos de personas esclavizadas, la horrible experiencia del pueblo afroamericano en los Estados Unidos. La audiencia, hay que recalcar, era mayormente blanca.
Vinie creía en la salud tanto del cuerpo como del espíritu, llamando ese espíritu conciencia política. Nadie le creía su edad, pero su apariencia juvenil era más bien el resultado de una gran esperanza en la humanidad, de su positivismo y activismo político que le daba la mejor razón para vivir. Además, como responsabilidad política, alimentaba su cuerpo sanamente y se ejercitaba con regularidad. Muchas recetas y consejos se aprendieron de ella.
A las compañeras de Grannies’ Peace Brigade y Women for Racial and Economic Equality, con las cuales Vinie Burrows trabajaba, les damos nuestro más sincero pésame con la esperanza de que podamos seguir colaborando juntas.
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