En PR existen propuestas por personas capacitadas y expertas en las diversas ciencias que han desarrollado proyectos para la mitigación de los estragos que podrían producirse en nuestro archipiélago por los efectos del cambio climático, pero todas las administraciones que han gobernado hasta ahora han hecho caso omiso a estos estudios. Más aún, han viabilizado la destrucción de los terrenos – sobre todo el costero – mediante permisos ilegales productos de actos de corrupción, que se presentan falsamente como proyectos productivos para la economía.
Uno de estos es el Megaproyecto Esencia en la costa suroeste de la isla, donde se encuentra uno de los atractivos naturales más bellos y diversos ecológicamente, del archipiélago. En el área, hay humedales, salinas, mangles y varios ecosistemas frágiles con una biodiversidad enorme, además de tener acceso directo a las playas. Son más de seis mil metros cuadrados de terreno protegido que intentan convertir en un complejo turístico-residencial para la clase más acaudalada. Constaría entre muchos otros elementos, de hoteles lujosos, campos de golf, más de mil residencias turísticas, escuelas y hasta un aeropuerto privado. Sería como una ciudad cerrada para gente rica, mayormente extranjera.
Pero las comunidades impactadas, los colectivos de ambientalistas y el pueblo en general, han forzado celebrar vistas públicas esta semana donde se han dado a conocer estos datos de riesgo no solo en la región, sino en el resto de la isla. Y ha sido el Pueblo, junto a expertos y expertas, organizaciones y residentes quienes a través de sus ponencias y activismo, han asumido su papel de verdadera gobernanza, intentando detener este crimen social y ambiental.
Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci
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