El pasado lunes 1ro de octubre, la Ciudad de México se convirtió en una enorme fiesta para celebrar la juramentación de la primera mujer presidenta en la historia de esa nación.
El ambiente rumbo a la Plaza del Zócalo se iba haciendo más festivo y transitado según se avanzaba por las avenidas colindantes donde a las cuatro de la tarde, luego de que juramentara como presidenta esa misma mañana ante el Congreso de la República, aparecería Claudia Sheinbaum Pardo para compartir con su pueblo. La aglomeración era tal, aún mucho antes del tiempo pautado, que esta escritora no pudo dar un paso más. La muchedumbre, en forma compacta, me arrastraba.
La alegría, el orgullo patrio y sobre todo la Esperanza, se reflejaban en los rostros de cada una de las personas, de todas las edades. Llegaron de muchos de los 32 estados de la nación e incluso desde la Diáspora en Estados Unidos, organizaciones políticas, comunitarias, sindicales. Contingentes indígenas y afros, de mujeres, escolares. Cada cual con su estandarte y sus banderas mexicanas. Enormes marionetas y bandas musicales, vendedoras y vendedores ambulantes ofreciendo desde suculentas delicias típicas como el elote, hasta caretas y muñecos honrando a López Obrador.
Enormes cruzacalles agradecían a la administración de Andrés Manuel López Obrador por los logros obtenidos en su sexenio de gobernación y le daban la bienvenida a Claudia Sheinbaum. Se oía consitentemente con diversos ritmos y musicalización la consigna más cantada: “Es un honor estar con Claudia hoy”. Se le tuteaba, era su Claudia querida, la Claudia del pueblo. “Claudia, amiga, el pueblo está contigo”, decían.
Luego, en el escenario colocado en el Zócalo, fue subiendo una comitiva de 133 mujeres Autoridades indígenas representando las cinco regiones del país, quienes encabezarían la ceremonia de limpieza y purificación y le harían entrega del Bastón sagrado de Mando, símbolo de poder político y espiritual a la nueva presidenta.
El sentimiento que resonaba en las mujeres mexicanas ese día fue expresado por una de las autoridades quien al ofrecer el bastón de mando le dijo a la Presidenta: “Hermanita Claudia, eres la voz de las que no tuvimos voz por mucho tiempo, de nuestros pueblos, eres la esperanza que nosotros teníamos, hoy las mujeres indígenas estamos de fiesta, pero no solamente las mujeres indígenas, también todas las mujeres”.
Luego de la ceremonia, la Presidenta se dirigió al pueblo que llenaba la Plaza, para agradecerle y anunciar los objetivos de su gobierno. Éstos los ha resumido en un programa de 100 puntos que prioriza los intereses del pueblo, sobre todo de las comunidades más desventajadas, y sus mujeres que han sido objeto de tanta violencia. Frente a la ola de políticas neoliberales privatizadoras que arropa al mundo, Sheinbaum prometió que no habrá privatizaciones. En este vídeo de YouTube se recogen las propuestas en detalle: https://www.youtube.com/watch?v=KmF32bGL0Vw
Pero, ¿Quién es Claudia Sheinbum Pardo? ¿Se podrá confiar en ese discurso tan esperanzador?
La Presidenta corrió bajo la bandera de la coalición Sigamos Haciendo Historia, compuesta por Morena, el Partido del Trabajo, y el Partido Verde Ecologista y es sucesora política de López Obrador, jurando seguir el proceso progresista de la Cuarta Transformación de México que había iniciado éste bajo su coalición Juntos Haremos Historia. Es interesante destacar que ella superó los votos recibidos por Obrador en el 2018.
Claudia Sheinbaum es además una mujer producto de una familia de científicos quienes participaban activamente en la izquierda mexicana. Su padre militaba en el Partido Comunista Mexicano. Es madre y abuela. Tiene un doctorado en ingeniería ambiental, maestría en ingeniería de la energía y licenciatura en física lo que la cualifica para las posiciones que hasta ahora ha ocupado: Por ejemplo, en el 2000 fungió como Secretaria de Medio Ambiente del Distrito Federal donde ejecutó varios proyectos en beneficio del medioambiente.
En julio de 2018 se convirtió en la primera mujer electa jefa de gobierno de la Ciudad de México donde inició programas que beneficiaban a los estratos más desventajados. Entre ellos, el de centros comunitarios de formación económica, cultural y deportiva llamados “Pilares”, centros de educación
como el Instituto de Estudios Superiores Rosario Castellanos, y la Universidad de la Salud.
Son muchas y variadas sus contribuciones en beneficio del pueblo mexicano. En contra de la violencia de género declaró la Alerta de Violencia de Género que redundó en programas de atención, incluyendo la construcción de 710 kilómetros de senderos seguros bajo el lema “Camina libre, camina segura”, para garantizar la seguridad de las mujeres mientras caminan por la ciudad.
Su programa de gobierno es muy abarcador y ambicioso. Su cumplimiento será un extraordinario avance hacia un futuro más seguro y feliz para todas las personas mexicanas. No queda otra sino desear todo el éxito posible al pueblo de México y a su presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
¡Viva México!
Nota: Joubert-Ceci se encontraba en la Ciudad de México como invitada al Seminario Internacional Los Partidos y una Nueva Sociedad auspiciado por el Partido del Trabajo.
Join the Struggle-La Lucha Telegram channel