Esta semana, el pueblo boricua en resistencia despertó con la triste noticia del fallecimiento de uno de los revolucionarios más consecuentes de esta tierra, el compañero Norberto Aristides Cintrón Fiallo.
El compañero falleció a sus 84 años, luego de una larga enfermedad.
Su legado es un libro de enseñanza revolucionaria para todos y todas, pero particularmente para esa juventud que se está formando en estos tormentosos tiempos de la colonia.
Norberto nació en la República Dominicana y se crió en Puerto Rico. Madre dominicana y padre puertorriqueño. Por eso en su sangre llevaba el ansia de lucha de ambos pueblos.
Como producto de la clase trabajadora, siempre esta experiencia, estas raíces, imprimieron su lucha a través de los años. Comenzando con la lucha sindical, hasta la de liberación por la patria puertorriqueña. Siempre sus análisis políticos estaban basados en ese motor de la historia que Marx escribió en el Manifiesto Comunista: la lucha de clases.
En este breve espacio es imposible abarcar toda la gama de accionar y tareas políticas del compañero. Pero basta con resaltar que por su consistente trabajo libertario, fue perseguido y constantemente hostigado por las fuerzas represivas y por el infame FBI estadounidense. Llegó a cumplir meses de encierro en una cárcel en Nueva York, lejos de su familia, por negase a colaborar con el despreciable Gran Jurado Federal, un órgano de hostigamiento contra el movimiento de independencia boricua.
Heredamos de Norberto, miembro de los Comandos Armados de Liberación, la resiliencia del accionar patriótico que va desde la lucha armada como derecho inalienable de los pueblos a su autodeterminación, hasta la enorme solidaridad con los pueblos del mundo como lo demostró su participación en la Coordinadora para la Confraternidad Caribeña y Latinoamericana.
Comandante Norberto Cintrón Fiallo, ¡Presente!
Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci
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