PR es un país donde la inestabilidad económica y política hace migrar a su población, sobre todo a la más joven. Un país-colonia donde la administración local es meramente el servidor del verdadero gobierno, que es la Junta de Control Fiscal impuesta por el Congreso estadounidense. Y ambos, Junta y gobierno local, han obliterado la esperanza de un futuro a nuestros jóvenes al dar prioridad al capital, sobre todo el extranjero, a costa de las necesidades del pueblo boricua. Por eso se han cerrado escuelas, se han privatizado servicios esenciales como la salud y en gran medida la educación. Se ha dificultado el tener una vivienda y un trabajo digno, mientras se le abren las puertas a los inversionistas millonarios extranjeros que compran miles de edificios para convertirlos en alquileres de corto plazo para turistas.
Y para añadir, esta semana la Organización Kilómetro Cero ha develado en un artículo una realidad que se ha ocultado por más de 15 años: y es que en PUERTO RICO se protege más a las armas que a los menores. Aquí, las armas de fuego son la primera causa de muerte en menores de edad.
Casi a diario nos enteramos de muertes violentas donde menores de edad están involucrados. Porque además, por la falta de recursos y de interés del gobierno por el bienestar de nuestra juventud, estos jóvenes, niños y niñas de hasta de 12 años o menos, son reclutados por el Narco. Y no se puede dudar que PR es ahora un Narcoestado.
Si hay una poderosa razón para descolonizar ahora mismo a Puerto Rico, para obtener nuestra independencia y nuestra soberanía, es precisamente esa: ¡nuestra juventud!
Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci
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