Hace días, los medios celebraban la noticia de que Puerto Rico ocupa el primer lugar de “superanfitriones” en Airbnb, por delante de EUA y Corea. Según esta plataforma de alquileres, cualquier anfitrión puede convertirse en Súperanfitrión si ofrece una hospitalidad excepcional.
Lo que no cuentan estos medios es que debido al alza de estos alquileres, ahora es más caro comprar o alquilar viviendas en Puerto Rico. Mientras una familia boricua que en promedio gana $20,000 de ingreso anual, el alquiler promedio ha subido a $2,990 mensuales.
Si bien la crisis económica ha forzado a muchas familias a que alquilen cuartos o su casa por esta plataforma para poder sobrevivir, el mayor incremento de alquileres Airbnb se ha debido a la compra de casas por inversionistas ricos extranjeros que se aprovechan de la Ley 60 de exención contributiva.
Esto ha llevado, no solo al aumento de los precios en la vivienda, sino que ha desplazado a cientos de familias pobres y de medianos ingresos. Un ejemplo nefasto es en un residencial público del sector Puerta de Tierra a la entrada del Viejo San Juan, donde un inversionista extranjero compró 15 edificios para convertirlos en Airbnb.
Y el gobierno, que además de avalar esta infame ley que se podría llamar Ley de Desplazamiento Boricua, tiene al mismísimo hijo del gobernador Pierluisi, Anthony Pierluisi, como uno de los beneficiarios locales del desplazamiento. Él controla el mercado de estos alquileres en San Juan donde posee sobre 88 propiedades. Y además, utiliza los servicios gubernamentales de la Compañía de Turismo, pagados por el pueblo, para darle publicidad.
Pero las comunidades, aunque hayan desplazamientos, se han están organizado y están dando la batalla. Queda que el resto dl pueblo y los movimientos progresistas se unan a esta importante lucha y decirle a gobierno y a los millonarios: ¡No pasarán!
Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci.
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