En PR, las organizaciones defensoras del medioambiente, no sólo tienen que luchar en contra del poder invasor yanki, concentrado ahora en una Junta de Control Fiscal que impone políticas para beneficiar a los bonistas extranjeros, sino que a la vez, tiene que enfrentar a una clase criolla de millonarios que intentan robarse y destruir el patrimonio del pueblo con el aval del gobierno.
Esta semana, la guardia paramilitar de uno de esos criminales locales, disparó con balas vivas contra un grupo de manifestantes- incluyendo familias con sus hijos pequeños, que defendían el terreno supuestamente protegido por las leyes ambientales, en Aguadilla, que está en el noroeste de PR. Un manifestante fue herido en la pierna y tuvo que ser llevado a sala de emergencias donde la seguridad del hospital prohibió la entrada de su esposa para que no le tomara y publicara fotos de la herida.
El lugar de la confrontación es un acantilado en la zona marítimo terrestre y es techo de una cueva marítima con valor arqueológico y cultural de la presencia indígena en el área.
Este dueño millonario que se beneficia de exenciones contributivas, ha hecho caso omiso a las órdenes del tribunal y del Departamento de Recursos Naturales para que remueva las edificaciones ilegales. Sin embargo, no solo no ha removido las estructuras, sino que sigue adelantando proyectos de construcción en el área.
Aquí la impunidad reina cuando se trata de la defensa del pueblo y sus intereses. El Estado, que ha abandonado totalmente su deber de proteger el interés público se ha convertido en el más poderoso defensor de los intereses privados y corporativos.
Pero la lucha del pueblo sigue y se extiende a pesar del contubernio de la policía, el gobierno y los agentes mercenarios privados para reprimir al pueblo. Porque ¡Solo el pueblo salva el pueblo!
Desde Puerto Rico para Radio Clarín en Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci.
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