Hace unos días, el presidente Biden visitó a Puerto Rico para recordarnos, si acaso lo habíamos olvidado, que seguimos siendo una colonia.
Lo que sus publicistas describieron como una visita para ver los daños ocasionados por el huracán Fiona y auscultar el sentir del pueblo, fue realmente una burda farsa para ganar los votos de las y los puertorriqueños que ahora viven en exilio en el estado de Florida.
Y es que se avecinan las elecciones de medio término en los Estados Unidos que eligen a los miembros del senado y a la cámara de representantes. Ambas cámaras, actualmente las domina el Partido de Biden, el Partido Demócrata. Pero no con amplia mayoría, y se espera que en estas elecciones los republicanos recuperen asientos y ganen los escaños necesarios para ser la mayoría en ambas cámaras. En un país que se ha dividido tanto, esto equivale a la casi imposibilidad de avanzar la agenda demócrata. Pero tengamos claro que la agenda demócrata es también una agenda guerrerista.
También fueron los Demócratas, bajo Obama, quienes aprobaron para Puerto Rico, la Ley Promesa que impuso la Junta de Control Fiscal que hasta este día no ha hecho sino destruir el país, ahondando la pobreza por la cual miles de personas se han ido a la Florida buscando trabajo y servicios de salud.
Así que gritamos, junto a las y los manifestantes que la misma policía de Puerto Rico les impidió el paso para protestar la visita del presidente estadounidense: ¡Fuera Biden, abajo la colonia!
Desde Puerto Rico para Radio Clarín de Colombia, les habló, Berta Joubert-Ceci.
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