El pasado 14 de marzo, las televisoras boricuas publicaron un corto mensaje pre grabado del gobernador Pierluisi donde anunciaba con bombos y platillos una Nueva Era para Puerto Rico. Supuestamente ya no estamos en quiebra y se abre ¡Una era de prosperidad!
Eso, porque el próximo día se cumpliría el plazo para la implementación del Plan de Ajuste de la Deuda – ilegal y odiosa – impuesto por el Congreso estadounidense a través de su Junta de control Fiscal.
Tanto el ejecutivo como la legislatura hicieron todo lo posible para desoír los reclamos del pueblo y obedecieron ciegamente a la JCF y ese 15 de marzo comenzó a regir la prioridad de pagarle a los bonistas mucho más de lo que habían pagado inicialmente por los bonos, antes que cubrir las necesidades del pueblo.
Comenzó la destrucción del país: comenzó el aumento masivo en el costo de vida que ya de por sí es insostenible. Los recortes en programas que benefician a las personas con más desventajas, la reducción de pensiones, como por ejemplo del magisterio que han llevado a que 2,800 educadores se retiren ahora para poder conservar su jubilación, porque de lo contrario vivirían en una miseria absoluta después de 30 años de servicio al país.
Decenas de los 78 municipios existentes que son quienes ofrecen los servicios a su población en situaciones de emergencia podrían cerrar. Hasta la Escuela pública de Medicina – en medio de una pandemia – perdería su acreditación por los recortes tan profundos que se la ha impuesto.
Por eso aquí no queda más que ir contra el gobierno y sus lacayos y contra la dominación yanki.
Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci
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