Sept. 18 — An accusation that there were a large number of hysterectomies done without the consent of the women involved in an immigrant detention center exploded at the beginning of this week. This and other reports of medical abuse were the latest in a series of accusations of violations and abuses of human and civil rights set in motion by the anti-immigrant policies of Donald Trump.
The first accusations that migrant women were forced to undergo gynecological surgery without their consent were brought to light by a complaint made by a nurse at the Irwin Detention Center in Georgia, a private prison run by LaSalle Corrections under contract with U.S. Immigration and Customs Enforcement. The nurse, Dawn Wooten, revealed that a number of women had told her that a doctor, called “the Uterus Collector,” had removed their uterus or performed other gynecological surgery without their consent. This complaint was backed up by the statements of a number of migrant women interviewed and are represented in this case by Project South as well as the Georgia Latino Alliance for Human Rights, the South Georgia Immigrant Support Network and the Georgia Detention Watch.
“At this time we know of the existence of between five and 17 cases at this detention center. A migrant woman who is a witness to this, described the facility as “an experimental concentration camp.”
Some 173 federal legislators sent a letter to the inspector general of the Department of Homeland Security demanding an immediate investigation of the complaints with a first report on Sept. 25. “We are horrified to see reports of mass hysterectomies performed on detained women in the facility, without their full, informed consent,” they said, and requested that “the Office of Inspector General (OIG) conduct an immediate investigation.” They added that these reports evoke great concern about violations of body autonomy and reproductive rights of detainees.
On Wednesday of this week, the immigration authorities tried to deport one of the victims, Pauline Binam from Cameroon, who has lived in the U.S. since the age of two and is the mother of a child who is a U.S. citizen. She was already on an airplane in Chicago when she was rescued thanks to the intervention of legislators Sheila Jackson Lee and Pramila Jayapal, who want her to be able to testify before Congress.
ICE officials questioned the “anonymous and unsubstantiated charges” of the nurse and other accusers. Chad Wolf, acting secretary of Homeland Security, failed to appear before a House of Representatives committee, where he was to have been questioned about this matter.
In fact, at the beginning of the 20th century “eugenics” laws were passed in 32 states of the U.S., causing the sterilization of more than 60,000 women who were categorized as “mentally retarded” or “mentally defective.” This served as a model for the Nazis in Germany. However, there are even more recent cases, such as the over 150 women in California prisons who were sterilized between 2006 and 2010.
The revelation this week evoked condemnation from organizations concerned with human rights and defense of migrants. “We are deeply alarmed by reports of detainees subjected to forced hysterectomies and other invasive procedures in an ICE prison managed by a private company,” declared Amnesty International USA. “I am weeping with frustration. … What more do they have to do to our migrant community to get people to react, to see our humanity? What else?” asked Erika Andiola of RAICES, an organization defending migrant rights.
“If this ICE sterilization allegation is true, this country has gone full eugenicist — again. And returned to the most monstrous practices of the white supremacist right,” said Jelani Cobb, African-American journalist for the New Yorker magazine.
These actions come on top of innumerable denunciations of mistreatment of migrants under the Trump government, ranging from forced separation of families, placing children in cages, hotels converted into processing centers to process and expedite unregulated deportation of children and families, the lack of protective equipment and conditions that have caused the spread of COVID-19, cancelation of the right of asylum, paramilitary-style roundups, and complaints of sexual abuse by guards, among other things.
Referring to a regulation invented in March using COVID-19 as an excuse, more than 8,800 unaccompanied minors and 7,800 families are part of the total of 159,000 people deported without the opportunity to present their cases, CBS News reports. On Sept. 16, as a gift to Mexico, U.S. authorities sent a river of deported people across the bridge from El Paso, Texas, in the U.S. to Ciudad Juárez, Chihuahua, Mexico, reported Alfredo Corchado of Dallas Morning News.
“The systematic, ongoing dehumanization of immigrants by the president and his henchmen has created the climate in which serious human rights abuses happen. … It is an entire system that views immigrants as less than human,“ stated Douglas Rivlin of America’s Voice in Washington.
Source: La Jornada/Resumen Latinoamericano, North America bureau
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Indigna en EU la esterilización de migrantes en centro de detención
David Brooks
Nueva York — Una denuncia sobre posibles histerectomías masivas practicadas sin consentimiento de las afectadas en un centro de detención de migrantes estalló a principios de semana; esto y otros maltratos médicos fueron la gota que derramó el vaso de una multitud de denuncias, incluida la demanda de una investigación de más de 170 legisladores sobre las violaciones y abusos de derechos humanos y civiles generados por las políticas antimigrantes del gobierno de Donald Trump.
Las primeras acusaciones de que mujeres migrantes fueron sometidas a procedimientos ginecológicos sin su consentimiento fueron dadas a conocer el pasado lunes en una queja que presentó una enfermera en un centro de detención Irwin, en Georgia, administrado por LaSalle Corrections, empresa privada bajo contrato a la agencia de control migratorio ICE.
La enfermera Dawn Wooten informó que varias mujeres le dijeron que un doctor, apodado El coleccionista de úteros, les había quitado el útero o practicado otros procedimientos ginecólogos sin su permiso. Esa queja fue reforzada por las de varias migrantes entrevistadas y ahora representadas en ese mismo caso por Project South junto con la Alianza Latina por Derechos Humanos de Georgia, la Red de Apoyo de Inmigrantes del Sur de Georgia y Georgia Detention Watch.
Se sabe de la existencia hasta ahora de entre cinco y 17 casos en ese centro de detención. Una migrante, quien es testigo, describió la instalación como un campo de concentración experimental.
Unos 173 legisladores federales enviaron una carta al inspector general del Departamento de Seguridad Interna exigiendo una investigación inmediata de las quejas con un primer informe el 25 de septiembre. Estamos horrorizados al ver reportes de histerectomías masivas realizadas a las detenidas en esa instalación sin un consentimiento pleno e informado.
Agregan que esos reportes provocan grave preocupación por la violación de la autonomía del cuerpo y los derechos reproductivos de las personas detenidas, escriben en la carta.
El miércoles de esta semana las autoridades de migración intentaron deportar a una de las víctimas, Pauline Binam, originaria de Camerún, quien ha vivido en Estados Unidos desde los dos años y es madre de un hijo ciudadano. Ya estaba dentro del avión en Chicago cuando fue rescatada gracias a la intervención de las legisladoras Sheila Jackson Lee y Pramila Jayapal, quienes desean que declare ante el Congreso.
Voceros de ICE cuestionaron las alegaciones anónimas y no comprobadas de la enfermera y otros denunciantes. Chad Wolf, secretario interino de Seguridad Interna, no se presentó ayer ante un comité de la Cámara de Representantes, donde se esperaba que fuera interrogado sobre este asunto.
Más aún, estas versiones de inmediato generaron comparaciones con prácticas parecidas de las autoridades estadunidenses en diferentes periodos de su historia y hasta muy recientemente, sobre todo contra mujeres afroestadunidenses, mexicano-estadunidenses e indígenas y encarceladas.
De hecho, a principios del siglo XX se promovieron leyes de eugenesia en 32 estados que llevaron a la esterilización de más de 60 mil mujeres consideradas mentalmente defectuosas o débiles mentales; algo que sirvió de modelo para los nazis en Alemania. Pero hay casos más recientes, como las de 150 mujeres en prisiones de California que fueron esterilizadas entre 2006 y 2010.
Las revelaciones de esta semana provocaron denuncias de organizaciones de derechos humanos y de defensa de migrantes. Estamos horrorizados por informes de detenidas sometidas a histerectomías y otros procedimientos invasivos forzados en una cárcel de ICE manejada de manera privada, declaró Amnistía Internacional Estados Unidos.
“Estoy llorando de frustración… ¿Qué más tendrían que hacerle a nuestra comunidad migrante para que la gente reaccione, para que vean nuestra humanidad? Enjaulan a nuestros niños, separan a nuestras familias, esterilizan a las mujeres. ¿Qué más?”, pregunta Erika Andiola, de RAICES, organización de defensa de derechos de inmigrantes.
Si estas acusaciones de esterilización llevadas a cabo por el ICE son verdaderas, entonces este país se ha vuelto completamente eugenesista, otra vez. Y con ello recupera las prácticas más monstruosas de la derecha supremacista blanca, comentó Jelani Cobb, comentarista afroestadunidense de The New Yorker.
Estas acciones se suman a las innumerables denuncias del maltrato a los migrantes en el gobierno de Trump, desde la separación por la fuerza de familias, la colocación de niños en jaulas, hoteles convertidos en centros para procesar y expulsar rápidamente a menores de edad y familias sin regulaciones, la falta de protección y condiciones que han multiplicado los casos de Covid-19, la anulación de facto del derecho de asilo, redadas tipo paramilitares y quejas de hostigamiento sexual por guardias, entre tantas más.
Recurriendo a una regla inventada en marzo para usar como pretexto el Covid-19, más de 8 mil 800 menores no acompañados, 7 mil 800 familias son parte del total de 159 mil personas expulsadas sin oportunidad para argumentar sus casos, reportó CBS News. El 16 de septiembre, como regalo a México, las autoridades enviaron un río de deportados por el puente desde El Paso hasta Ciudad Juarez, informó Alfredo Corchado, del Dallas Morning News.
“La deshumanización sistemática y constante de migrantes por el presidente y sus hombres ha creado el clima en el cual ocurren serios abusos contra los derechos humanos… Es un sistema entero que percibe a los migrantes como menos que humanos…”, afirmó Douglas Rivlin, de America’s Voice en Washington.
Fuente: La Jornada
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