Discurso de Cheryl LaBash en un panel organizado por la Embajada de Cuba en los Estados Unidos como un homenaje a la vida de Fidel Castro. LaBash es copresidenta de la Red Nacional sobre Cuba.
Me siento muy honrada de estar hoy en este panel. No tengo una historia personal profunda como la que hemos escuchado en los últimos dos años sobre el trabajo en conjunto con el líder histórico de Cuba, Fidel Castro, cuya vida, trabajo y ejemplo recordamos hoy aquí. Realmente he sido la joven en la fila de atrás, que aunque ahora ya no es joven y a menudo ya no está en la fila de atrás, todavía trata de absorber lecciones de la revolución cubana, de entender el mundo y actuar para cambiarlo.
Mi trabajo de solidaridad con Cuba se interrumpió cuando comencé un nuevo trabajo en la década de 1990. Inspeccionar la construcción de carreteras de Detroit me requirió trabajar horas extras de abril a noviembre, desde el amanecer hasta el anochecer, y también los fines de semana. Pero cuando supe que Fidel vendría a la Iglesia Riverside [en Nueva York] el 8 de septiembre del 2000, tenía que ir.
La gente que me conoce no se sorprenderá. En vez de ir a trabajar ese viernes por la mañana, me monté en mi auto y conduje por 10 horas a la ciudad de Nueva York. Luego conduciendo alrededor del bajo Manhattan con la esperanza de encontrar un lugar de estacionamiento gratuito para luego montarme en el metro hasta Harlem. La cantidad de personas que ya intentaba entrar era abrumadora, pero yo fui una de los miles de afortunados que entraron a la iglesia. Mi asiento estaba en lo alto del palco para escuchar hablar a Fidel.
Cuando Fidel nos dejó físicamente hace tres años, incluso en los Estados Unidos pudimos ver la caravana que devolvió sus cenizas a Santiago de Cuba. La transmisión en vivo de la televisión por Internet desde Cuba nos mostró las asambleas en La Habana y Santiago. Nunca olvidaré oír al presidente nicaragüense Daniel Ortega preguntar ¿dónde está Fidel? Y la multitud callada y enlutada respondió "aquí" comenzando una consigna que se convirtió en un rugido: ‘Yo soy Fidel’.
No podía imaginar esa tecnología que me permitiera ver una transmisión en vivo desde Cuba cuando viajé allí por primera vez en 1985. En ese entonces, los discursos y entrevistas de Fidel explicaban que la deuda externa era una carga impagable para los países en desarrollo. Entonces parecía un tema muy extraño en la vida diaria en los Estados Unidos.
Pero hoy se ha vuelto algo muy cercano — no es sólo la deuda externa del FMI, la deuda extrae la vida misma de los trabajadores y las familias, la deuda estudiantil, la deuda de tarjetas de crédito, la deuda hipotecaria, los prestamistas de día de pago — todas impagables. Desde Puerto Rico hasta Detroit, hemos aprendido que nuestra deuda es muy parecida a lo que Fidel exponía.
Más interesante para mí en 1985 fue el sistema de salud de Cuba que demostró que era posible reducir la mortalidad infantil con pocos recursos pero con la máxima voluntad. Detroit era una noticia principal en ese tiempo.
Escandalosamente, en Detroit, una ciudad donde casi el 90 por ciento de la gente era afrodescendiente, los bebés morían a un ritmo de más del doble de las estadísticas nacionales de Estados Unidos. En 1990, un asombroso 23 por cada 1000 nacimientos y en 2017 aún un 15.5. Ahora la mortalidad materna para las mujeres negras también está aumentando.
¿Es un milagro que la mortalidad infantil en una Cuba en desarrollo y bloqueada sea de solo 4 por cada 1000 nacidos vivos? No, es la voluntad de Cuba de dar prioridad a los seres humanos, en Cuba y en todas partes a través del internacionalismo y un sistema económico que lo hace posible.
Fue allí, en la Iglesia Riverside, donde Fidel explicó cómo surgió la escuela de medicina latinoamericana y las becas para estudiantes estadounidenses. ELAM, el acrónimo en español de Escuela Latinoamericana de Medicina, había sido fundada ni siquiera un año antes de que Fidel hablara esa noche. Señaló que había un ‘tercer mundo’ dentro de los EUA sin médicos.
Veinte años han pasado desde que la ELAM fuera fundada el 15 de noviembre de 1999. En esos 20 años, 29.749 nuevos médicos de 115 países se han graduado, incluidos 182 de los Estados Unidos. De los 466 médicos que se graduaron el verano pasado de 82 países, 10 eran de los EUA. [ir a ifconews.org/medicalschool] Los estudiantes estadounidenses de ELAM se ofrecieron como voluntarios y fueron a servir a Haití después del enorme terremoto de enero de 2010. Una graduada estadounidense recaudó sus propios fondos y se ofreció como voluntaria para luchar contra el brote del ébola en el África occidental.
ELAM es sólo una parte del internacionalismo de Cuba que abarca medicina, alfabetización, deporte, cultura y mucho más. La Brigada Médica de Emergencia Henry Reeve se movilizó para salvar vidas cinco años después de Riverside, cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans. Bloqueados por el gobierno de Estados Unidos, se fueron a las laderas del Himalaya después del terremoto de Pakistán. La herramienta de alfabetización ‘Yo sí puedo’ desarrollada por los cubanos en Haití también fue explicada por Fidel en Riverside.
Lo que Fidel significa hoy para mí.
Se está llevando a cabo una campaña ideológica contra Cuba. Su objetivo es poner en duda los ideales de Cuba tratando de reflejar los crímenes de explotación, racismo y trata de personas del capitalismo sobre Cuba. Es lo que Fidel llamó una Batalla de Ideas.
Esta campaña propagandística se centra en desacreditar los mismos puntos mencionados en el discurso de Fidel en la Iglesia Riverside — el internacionalismo médico de Cuba, que Cuba no tortura y desaparece a la gente, que Cuba realmente practica la igualdad de derechos para todos, independientemente de la identidad de género o color de piel, y que hay democracia para que todos participen en las elecciones y en la dirección de su país.
Está calculado y es intencional, un arma para justificar el verdadero bloqueo genocida. Es una campaña de propaganda para crear dudas, incertidumbre y dividir a las millones de personas que han llegado a conocer Cuba, su pueblo, su socialismo a través de visitar Cuba y experimentarlo por sí mismos.
Esta campaña regurgita las mismas mentiras que impregnaron la cultura popular estadounidense sobre Cuba después de la revolución, [pero] se ve refutada por el movimiento solidario, especialmente en las comunidades negras cada vez que las delegaciones y líderes cubanos llegaban a las Naciones Unidas en Nueva York.
Esas mentiras no pueden ser reinsertadas en la mente de las personas que han viajado a Cuba, que han estudiado en Cuba, que han observado que Cuba no tiene inversiones extranjeras, ni bases ni concesiones extractivas en ninguna parte. O en
el movimiento de justicia climática que sabe que Fidel habló en Riverside sobre el peligro de la extinción masiva debido al cambio climático. Pero las mentiras pueden empujar a Cuba a la parte inferior de la lista de preocupaciones. Es por eso que en los Estados Unidos debemos actuar en todos los sectores y plataformas para #unblockCuba (#DesbloquearCuba).
Hay herramientas poderosas en la batalla de ideas, no sólo habladas o escritas, sino en hechos. ¿Por qué otra cosa los Estados Unidos restringirían las visas para que los profesionales médicos hablaran en conferencias; para que los académicos
cubanos participen en LASA?
Las becas de la Escuela Latinoamericana de Medicina, el desarrollo de medicamentos para mejorar la vida humana, por ejemplo, eliminando el horror de la amputación de las extremidades debido a las úlceras diabéticas que son costosas y rentables. ¿Hay una familia de clase trabajadora cuyo pariente o amigo no tenga diabetes y tema una amputación? Las mismas ciudades donde se han recortado los servicios humanos para pagar el servicio de la deuda a los bancos y donde los dólares de los impuestos [del pueblo] van dirigidos a alimentar al ejército y a la policía, están mirando hacia Cuba.
Los médicos cubanos vinieron a Chicago para ayudar a mejorar los resultados maternos e infantiles. Detroit está investigando la colaboración en salud. Y este mes Nueva Orleans firmó un memorando de entendimiento con Cuba.
Para mí, y humildemente sugeriría para nosotros en los Estados Unidos, participar en la batalla de las ideas es el mensaje importante para hoy.
Pero, ¿por qué Cuba? El ejemplo de Fidel, la revolución cubana y las generaciones que se criaron para ser como el Che, son el poderoso antídoto contra la cultura deshumanizadora, divisiva y de consumo impulsada por el capitalismo y sus medios de comunicación de masas.
Es un legado de Fidel con el que todos podemos construir el mejor mundo que es posible y necesario.
Fuente: MinRex – Ministerio de Relaciones Exteriores, República de Cuba
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