Solidaridad frente arremetida contra inmigrantes

“Se ve, se siente, dominicana está presente”, “Ser humano ilegal, un invento federal” o “Yo defiendo a mis hermanos de los pueblos antillanos”, fueron algunos de los cánticos que repitieron los manifestantes que partieron de el Tribunal Federal del Viejo San Juan y finalizaron en la Fortaleza (residencia oficial del Gobernador de Puerto Rico).

En esta colonia hay dos mundos, el del pueblo solidario, y el del gobierno insensible. En varias ocasiones he comentado sobre las muchas crueldades cometidas por esta administración en contra del pueblo al que se supone que debe servir.

Pero esta vez quiero centrarme sobre esa parte del pueblo, que aunque el gobierno no les considera como tal, son hermanos y hermanas caribeñas, sobre todo de la República Dominicana que es el origen de la máyoría de inmigrantes aquí, que han vivido y trabajado junto al pueblo boricua. Incluso se ha acuñado el término “domirriqueños” para hacerles más nuestros. 

Cuando la nueva gobernadora Jeniffer González se dirigió a esa comunidad luego de que el presidente Trump emitiera sus órdenes ejecutivas racistas y xenofóbicas, ella les aseguró que en nada les afectaría y que ella les defendería. Que la orden era solo para inmigrantes dentro de las fronteras estadounidenes y que no afectaría la colonia. 

Sin embargo, la gobernadora no ha tardado en mostrar su falsedad y su oprobiosa mezquindad, cuando en días recientes, tan pronto el gobierno trompista amenazó con quitar fondos federales a la colonia, ella dio órdenes al Departamento de Transportación para que entregara a los agentes federales estadounidenses la lista de personas inmigrantes con licencia de conducir para facilitar las redadas contra inmigrantes. 

Sólo el pueblo por medio de organizaciones y manifestaciones de todo tipo ha insistido en exigir justicia. Incluso individualmente, defendiéndoles de redadas, como hace unos días, cuando una vecina notó a unos agentes amenazando a una familia de inmigrantes. Ella sacó un pequeño megáfono para gritarle a la familia que no salieran de su casa si no había una orden judical, y a los agentes que cesaran del intento. Obviamente, no tenían ninguna orden judicial y se retiraron del lugar. 

Como decía la poeta nicaragüense Gioconda Belli, “la solidaridad es la ternura de los pueblos”.

Desde Puerto Rico, para Radio Clarín de Colombia, les habló Berta Joubert-Ceci

Berta Joubert-Ceci

Recent Posts

Trump declares war on the Caribbean

The 'drug war' is a war for control of Venezuela's oil Donald Trump has opened…

13 hours ago

War money, tech profits: The real history of Artificial Intelligence

We are told, endlessly, that we live in the age of the entrepreneur. You know…

16 hours ago

Netanyahu’s U.N. speech illustrates imperialist ambitions in Middle East

Every speech Benjamin Netanyahu gives is an exercise in utter evil. At this point, Bibi’s…

17 hours ago

Cuba and the global struggle against imperialism

Bruno Rodríguez Parrilla, the Foreign Minister of Cuba, delivered a powerful message calling for “all…

1 day ago

The enemy within: Trump’s class war

President Donald Trump’s appearance before hundreds of generals and admirals at Quantico was not a…

2 days ago

From Ukraine to Gaza, profit is the policy: Trump’s wars enrich defense conglomerates

The State Department recently updated its list of wars that Donald Trump allegedly ended. Trump…

2 days ago