Por qué Rusia reconoció las repúblicas del Donbas

En Donetsk, los fuegos artificiales iluminaron el cielo y la gente ondeó banderas rusas en la Plaza de Lenin después de que Moscú reconociera las repúblicas del Donbass el 21 de febrero. Foto: Agencia de Noticias de Donetsk

24 de febrero de 2022 

Para tener hoy una clara posición contra la guerra y el antiimperialismo, las/os trabajadores con conciencia de clase deben comprender el significado de la decisión del 21 de febrero de la Federación Rusa de reconocer a las repúblicas Donetsk y Lugansk del Donbas como países independientes y soberanos, casi ocho años después de que declararan por primera vez su independencia de Ucrania.

Luego de una transmisión en vivo sin precedentes de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, el presidente Vladimir Putin anunció: “Considero necesario tomar una decisión que debería haberse tomado hace mucho tiempo: reconocer de inmediato la independencia y la soberanía de la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL)”.

Putin firmó decretos presidenciales reconociendo las repúblicas; estableciendo tratados de amistad y cooperación mutua entre ellos, y autorizando el despliegue de fuerzas de paz rusas en el Donbas si así lo solicitaban. Los líderes de la RPD y la RPL, Denis Pushilin y Leonid Pasechnik, firmaron decretos recíprocos.

Estados Unidos y sus aliados globales denunciaron la decisión.

La decisión de Rusia se produjo después de varios días de intensos ataques militares ucranianos contra las dos pequeñas repúblicas. Dos terceras partes de las fuerzas militares ucranianas, armadas y entrenadas por la OTAN, se encuentran en la “línea de contacto” de aproximadamente 200 millas con Donetsk y Lugansk, cerca de Rusia. Mientras tanto, unas 175.000 tropas de la OTAN también están estacionadas en la frontera occidental de Rusia.

Cientos de ataques de artillería, tiroteos y actos terroristas ucranianos se han llevado a cabo desde el 17 de febrero, matando e hiriendo a civiles y miembros de las Milicias Populares del Donbas, destruyendo hogares y dañando infraestructura vital como plantas de filtración de agua, tuberías de gas y escuelas.

Las evacuaciones masivas de civiles de Donetsk y Lugansk comenzaron el 18 de febrero. Todos entendieron que una invasión ucraniana era inminente, a pesar de que la administración Biden, tergiversando la realidad, repetía que Rusia planeaba invadir Ucrania.

Aunque el bombardeo de Donetsk, la capital de la RPD, disminuyó brevemente después del anuncio de Rusia, pronto se reanudaron los ataques ucranianos, incluyendo un bombardeo en el centro de televisión de Donetsk y la muerte de dos civiles de Lugansk por un misil antitanque ucraniano el 22 de febrero.

Lo que quiere Washington

Desde noviembre del 2021, Washington ha presionado persistentemente a Ucrania para que lance un gran ataque contra el Donbas con la esperanza de involucrar a Rusia en un conflicto y así justificar una mayor expansión de la OTAN y cerrar las exportaciones de combustible ruso a Europa Occidental.

Durante tres décadas, el objetivo bipartidista del capitalismo estadounidense ha sido dividir a Rusia y ponerla firmemente bajo el control de Washington, algo que Putin reconoció en su discurso del 21 de febrero al pueblo ruso.

El 22 de febrero, Biden y el secretario de “Defensa”, Lloyd Austin, ordenaron el despliegue de miles de tropas más, helicópteros de ataque y aviones de combate estadounidenses en Europa del Este.

Biden impuso nuevas y extensas sanciones a Rusia, incluidas sanciones individuales a los parlamentarios que apoyaron la decisión de reconocer las repúblicas del Donbas. Otros países imperialistas y regímenes títeres de EUA rápidamente siguieron su ejemplo.

Quizás lo más importante fue cuando Alemania anunció el 22 de febrero que detendría la autorización del recién terminado gasoducto Nord Stream 2 que estaba destinado a aumentar significativamente el flujo de combustible de Rusia a la Unión Europea.

Cortando esta relación, obliga a que Europa compre productos de gas y petróleo de fuentes controladas y de propiedad estadounidense, dirigiendo las ganancias a los bancos de EUA. Este fue un objetivo principal de la campaña contra Rusia de Washington. Justo entonces, los precios del petróleo y el gas subieron a niveles casi récord, con el petróleo cerca de los 100 dólares el barril el 23 de febrero.

De todos los imperialistas de la OTAN, Alemania fue el país que más se demoró en apoyar la campaña de guerra de EUA. Pero es importante recordar que Alemania, aunque es la potencia económica más fuerte de Europa, también está ocupada militarmente por el Pentágono, con la friolera de 119 bases militares estadounidenses, solo superada por otro enemigo imperialista, Japón, con 120.

La verdadera importancia del reconocimiento

El reconocimiento de Rusia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk fue recibido con gran entusiasmo por los residentes del Donbas, quienes han vivido ocho años de guerra y sanciones de Ucrania, y les ha costado más de 14.000 vidas. Fue un reconocimiento importante, aunque tardío, de su decisión democrática en el referéndum del 11 de mayo de 2014 y los sacrificios que han hecho para defenderse de la ocupación neo-nazi y la OTAN.

Ellos entienden, al igual que los fascistas ucranianos que buscan “limpiar” la región del Donbas, que una mayor agresión de Kiev ahora significa una confrontación militar con Rusia. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky teme esto, pero como herramienta voluntaria de Washington, no tiene poder para resistir.

Al mismo tiempo, Rusia no tuvo más remedio que dar este paso, obligado por Washington. Durante ocho años, desde el golpe de estado en Kiev del 2014 respaldado por Estados Unidos, Moscú ha evitado numerosos intentos occidentales de llevar a las fuerzas rusas a una lucha con Ucrania. Pero se ha hecho evidente que se ha agotado el margen de maniobra.

Entre el pueblo ruso hay un apoyo masivo a los residentes del Donbas. Es dudoso que el gobierno de Putin pudiera haber sobrevivido el abandono de Donetsk y Lugansk.

El discurso televisado de Putin combinó una evaluación clara de lo que está en juego en la confrontación actual para Rusia con un análisis de la historia de Ucrania severamente distorsionada por el antisovietismo y el nacionalismo ruso. Debemos reconocer honestamente que esto es un impedimento para reconstruir la solidaridad entre los trabajadores rusos y ucranianos.

Pero el verdadero significado de la decisión de Rusia de reconocer las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk va en otra dirección. Es un reconocimiento de las tradiciones antifascistas e internacionalistas profundamente arraigadas de la clase obrera soviética multinacional, incluso tres décadas después de la disolución de la URSS socialista.

Hoy como nunca antes, las/os trabajadores y oprimidos de los Estados Unidos y el mundo deben rechazar las mentiras de Washington, Wall Street y los medios corporativos y exigir: ¡No a la guerra con Rusia! ¡Biden, reconoce Donetsk y Lugansk! ¡Estados Unidos fuera de Ucrania!


Join the Struggle-La Lucha Telegram channel